En este proyecto, que nace desde la oficina de Mónica Franco, Darío Sánchez Carballo diseñó el estilo final de la obra, que obedece al movimiento contemporáneo del historicismo. Esto vale y recuerda las arquitecturas patrimoniales de nuestras regiones, en este caso el barroco español en América; el Neoclasicismo; columnas de estilo toscano; y algo de Eclecticismo. En las arquitecturas contemporáneas en contextos patrimoniales, ha de existir continuidad en las formas de expresión de cada momento, dialogando los estilos históricos con los de hoy en día. En este caso, tal diálogo se da a través de la memoria histórica de los estilos que hacen parte de nuestro legado como sociedad. La evocación se expresa en estas formas que nos reconcilian con el pasado del cual venimos, también a manera de homenaje y saludo. El valor histórico asociado al valor estilístico, se cimenta en la memoria cultural inmaterial, porque son formas que están en la memoria colectiva e individual de las personas de la región y por supuesto de los dueños de este lugar.
